Es el tejido por excelencia cada verano y sobrevive a todas las modas. Tiene adeptos, pero también un número muy considerable de detractores. De los últimos cada año tenemos que oír lo evidente: “Se arruga, no me gusta”… Y a muchos se nos ponen los pelos de punta ante el comentario, porque lo amamos completamente. Motivos no nos faltan:
El lino es una de las fibras vegetales más antiguas, ya lo usaban los egipcios. Los fenicios se encargaron de extenderlo por el mundo y desde entonces no faltan referencias en la historia a este tejido.
Al margen de su característica más obvia -su facilidad para arrugarse-, tiene una increíble capacidad de absorción de la humendad y evapora el agua muy rápidamente. Aquí no tiene competencia.
Con el algodón, es el tejido natural más extendido y es facilmente reciclable.
En los úlimos años, además, la industria de la moda lo ha incorporado a sus modelos más elegantes.
¿TE HEMOS CONVENCIDO?
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